24.10.08

Casarse en China

Algunas particularidades que los extranjeros con parejas chinas no deben pasar por alto.
Por ZHAO YAFANG

David es un joven profesor inglés que enseña su lengua materna en una universidad de Beijing. Mientras desempeñaba su labor educativa en nuestro país conoció a la señorita Wang, con quien intimó al punto de enamorarse y decidirse por el matrimonio. Pero el amor de David no sólo abarca a su media naranja china, sino también al país que la vio nacer. Por ello decidió celebrar sus nupcias entre nosotros, para lo cual acudió a una de las notarías abiertas en la ciudad. Casarse en China no sólo supone un proceso de preparativos burocráticos y de orden social con vistas a celebrar la ceremonia. Hay que conectarse asimismo con la familia de la novia o novio, como dicta la tradición. No hay que descuidar los detalles en este sentido, que van desde recibir la anuencia paterna hasta seleccionar el color predominante en la fiesta, que suele ser el rojo, como sinónimo de ambiente caluroso, fortuna, felicidad y amor filial. Todo lo que refleja la cultura y filosofía chinas.

¿Por qué el rojo?
Nuestra idiosincrasia asocia al rojo con la felicidad, el éxito, la fortuna, la fidelidad y la prosperidad. Quizás la inclinación popular por este color provenga del ancestral culto al sol, cuyos orígenes se asientan en algún punto de la prehistoria. Por muchos años además se ha colgado de la pared en cada boda el carácter chino que significa "doble felicidad". En tiempos idos, la novia solía presentarse ante el público invitado con la cabeza cubierta por un paño rojo, vestida por completo del mismo color, mientras que el novio llevaba una flor roja en el pecho.

La armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad
Según el experto en folklore Gao Wei, las nupcias chinas contienen el principio filosófico chino de "la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad", así como la aspiración a la felicidad. Y es que toda boda ha entrañado desde la antigüedad algo más que un enlace de dos personas. La misma relaciona a dos familias, e incluso a toda sociedad, de ahí todo el protocolo que conlleva la misma. La participación de parientes y amigos es una manera de consolidar la formalidad de la unión.
Al concluir la ceremonia, los novios queman papeles de tributo al cielo en el patio. Cuando las cenizas se arremolinan sobre las llamas, se lanzan petardos y se baten tambores y gongs, anunciando la aprobación del cielo.
La adoración por el cielo viene asociada con el bajo nivel productivo que caracterizó a la sociedad agrícola, en la creencia de que tanta ofrenda a la naturaleza garantizaría el sustento en forma de suficientes alimentos y vestimenta.

Dicha fe es afianzada asimismo con los instrumentos musicales utilizados en la boda. El tambor, el gong, el suona (corneta china) y el sheng (instrumento de viento de tubo de caña) tienen por misión llegar con sus sonidos hasta la morada de los dioses más allá de las nubes. La barahúnda que formaban los cuatro tambores y dos gongs hacía que los participantes experimentaran la pureza de espíritu y la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad.
Todas estas muestras de efusividad suelen resultar bastante ajenas, cuando no totalmente incomprensibles, a los extranjeros. Y hay más. En el caso de frutos y granos como el dátil (zao), el maní (huasheng), el ojo de dragón (guiyuan) y las semillas de girasol (guazi), los mismos se ofrecen a la novia para desearle que tenga un hijo noble tan pronto como sea posible (zao sheng gui zi).
El capítulo burocrático

Esta es la parte menos entretenida y colorida, pero de obligatorio cumplimiento, de un matrimonio en China. El segundo artículo del Registro Matrimonial dispone que el casamiento entre un chino y un extranjero debe quedar registrado en el departamento de asuntos civiles del gobierno de la provincia, región autónoma o municipio de jurisdicción central, o en el departamento designado por las mencionadas autoridades. Según el artículo cuarto de dicha legislación, cuando un chino se casa con un extranjero en el interior de China, la pareja debe registrarse en el lugar donde va a residir en el país.
Para hacer registro matrimonial, la señorita Wang debió presentar la siguiente documentación: 1) residencia; 2) certificado expedido por el departamento, escuela, institución o empresa de nivel distrital donde ella trabaja, el cual contiene su nombre, sexo, fecha del nacimiento, etnia, estado civil (soltera, divorciada o viuda), así como la profesión, descripción del puesto de trabajo y el nombre del futuro cónyuge. Por su parte, David, como extranjero, debe mostrar los documentos siguientes: 1) pasaporte u otros papeles de identificación; 2) certificado de residencia expedido por la autoridad de seguridad de China, o certificado de identidad expedido por el departamento de asuntos exteriores de China, o sus documentos de entrada y residencia temporal en China; 3) certificado de estado civil expedido por el departamento civil de su país con legalización en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña y la embajada o consulado de China allí, o un certificado de estado civil emitido por la embajada o el consulado de Gran Bretaña en China.
Antonella Pano Suarez

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