24.10.08

La nueva Ley del Matrimonio: un reflejo de los cambios sociales


Se dice que la Ley del Matrimonio es un barómetro de los cambios sociales. Y es verdad, ya que la idea directriz de la primera Ley del Matrimonio, promulgada en 1950, era liberar a las mujeres chinas del sistema matrimonial feudal; con la segunda ley, enmendada en 1980, dos años después de terminada la década caótica de la “revolución cultural”, se pretendía recuperar la legalidad atropellada por la “revolución” de marras; en el año 2000 se inició la revisión de la Ley del Matrimonio para ajustarla a los cambios sociales registrados en los últimos 20 años.
En la última revisión de esta ley se plasman los siguientes cinco cambios sociales de los últimos años:
1. Han surgido nuevos estilos de vida, buenos y malos, hasta ahora desconocido, entre ellos la convivencia sin matrimonio, la homosexualidad, los matrimonios sin hijos, la soltería, el matrimonio experimental, las familias monoparentales y el concubinato.
2. El propósito del matrimonio ha dejado de ser la reproducción y la unión de los bienes de las partes contrayentes para convertirse en la satisfacción de las necesidades sexuales, sentimentales y psicológicas de la pareja. El principal motivo para casarse es poder compartir la ternura, la armonía y la felicidad. Las personas casadas deciden fácilmente divorciarse cuando una de las partes no está satisfecha de sus relaciones conyugales. Quienes ya tienen hijos, intentan compensar sus carencias afectivas fuera del matrimonio, llegando incluso a relacionarse con prostitutas para lograr su satisfacción sexual, lo que explica el auge de la prostitución femenina y masculina.

3. Los principios morales del matrimonio se han desplazado de la esfera familiar a la individual.

4. La ética matrimonial también ha tomado un nuevo giro. En efecto, ni “la esposa pertenece a su marido hasta la muerte” ni “la mujer significa obediencia”, sino que ésta ha dejado de ser un accesorio de su marido y se ha convertido en una persona independiente.

5. La gente ha empezado a no cifrar la consolidación del matrimonio en el certificado de matrimonio o en los hijos.



Rubén Alexis Longobuco

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